1. Planifica tu tiempo. Una organización adecuada del tiempo es el principal ingrediente del éxito escolar. Organiza adecuadamente tu tiempo libre desde el principio, sabiendo que es necesario un horario con tiempo de estudio y trabajo diario. Para ello es imprescindible que elabores un horario personal en el que tengas en cuenta todas tus actividades y el horario que vas a dedicar al estudio diariamente. Márcate objetivos (semanales, quincenales, etc) Recuerda: una persona organizada rinde más que una desorganizada. Si no lo consigues, pide ayuda a tus padres y a tus profesores. Planificarte y organizarte, te ayudará a evitar el estrés.
2. Utiliza una agenda. Es un valioso instrumento que te ayudará a organizarte y a planificarte. La agenda no sirve solo para recordar cosas, sino también para establecer una previsión de estudio, entrega de trabajos, etc. Anota diariamente tanto tareas explícitas como estudios y repasos.
3. Crea tu propio método de estudio. Ojo! no hablamos de hacer tareas, sino de estudiar. Estudia cada día. Nunca intentes memorizar cosas que no entiendes, eso no te servirá de nada, porque lo olvidarás después del examen y será una energía gastada inútilmente. El estudio tiene que ser siempre activo, es decir, subraya, realiza esquemas, mapas conceptuales o visuales, resúmenes en tarjetas-ficha, etc Los Diarios de Aprendizaje son una buena opción para reflexionar sobre tu propio aprendizaje, del cual tú eres el responsable. Dedica al final de cada día unos minutos a pensar qué has hecho y qué has aprendido.
4. Estudia con un-a compañero-a. Estudiar con otro compañero-a puede ser de gran ayuda. Explicarse o hacer exposiciones uno a otro, te ayudará a memorizar y a mejorar la capacidad para expresarte. Eso sí, para evitar dedicarse a hablar o hacer otras cosas, hay que planificarse y decidir el momento, la materia/s que vais a estudiar juntos y el tiempo que vais a dedicarle.
5. Refuerza tu voluntad con un seguimiento personal. Elabora un autorregistro para comprobar si estás cumpliendo el horario y los objetivos que te estableciste. A medida que vas consiguiendo objetivos, te sentirás más motivado-a, te ayudará a implantar el hábito de estudio. ¡La perseverancia es la forma de conseguir metas!
6. Aprovecha bien el tiempo de las clases: Mantener la mente activa es la forma en la que nuestro cerebro aprende. En clase, presta atención, toma notas, apuntes, haz esquemas, mapas mentales o dibujos de las explicaciones que se den en clase, haz preguntas a los profes y en casa, revisa esas notas. Eso te ayudará a optimizar tu tiempo y tu rendimiento.
7. Descansa lo suficiente. Si no duermes el número de horas adecuado te sentirás cansado/a, te costará concentrarte y te sentirás con pocas ganas de estudiar. El sueño es clave para consolidar la memoria. No te vayas a la cama con el móvil, los últimos estudios afirman que la luz azul de las pantallas interfiere en el sueño. Tampoco te olvides de desayunar.
8. Practica algún tipo de actividad física o deporte. La práctica de ejercicio mejora nuestro estado de ánimo, afecta positivamente a la memoria y a la atención y ayuda a mejorar el aprendizaje
9. Contribuye a crear un buen clima de compañerismo en el aula, basado en la confianza, la aceptación del otro, el respeto y el diálogo. Un ambiente adecuado favorece el aprendizaje.
10. Admite tus errores y aprende a rectificar si te has equivocado. No pasa nada, también de los errores se aprende, pero solo si cambiamos lo que hacemos; si seguimos haciendo lo mismo, obtendremos los mismo resultados.
Y por último, no te olvides de empezar cada día con optimismo, buen humor y una actitud positiva. ¡Una sonrisa cada mañana es la mejor forma de encarar la jornada escolar!
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